El nudo oculto de los quipus
El nudo oculto de los quipus
Gary Urton. El investigador de la Universidad de Harvard nos revela los últimos resultados de sus investigaciones sobre el significado de los quipus
Por: Enrique Sánchez Hernani
El doctor Gary Urton, profesor de estudios precolombinos en el Departamento de Arqueología de la Universidad de Harvard, dictó en días recientes una cátedra magistral en el Programa de Estudios Andinos del posgrado de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Urton es considerado una eminencia mundial en lo que se refiere al estudio e interpretación de los quipus. Sus investigaciones lo han llevado a vivir por largas temporadas en los Andes, y se ha consagrado durante casi dos décadas a registrar sutilezas tales como la dirección del hilado y los nudos de centenares de quipus, muchos de ellos nunca antes analizados, incluyendo varios originarios de Chachapoyas, en la Amazonía peruana.
Sus hallazgos han incrementando exponencialmente la data recogida en los años 70 y 80 por los Ascher. Aquí nuestra conversación.
¿Con qué material arqueológico contó para sus estudios sobre los quipus?
Empecé estudiando los quipus que habían en colecciones y museos de Europa, Perú, Chile y Estados Unidos. En 1992 trabajé en una colección que tenía entre 300 y 315 muestras. Hoy, en los distintos museos del mundo existen unos 800 ejemplares de quipus, aunque deben haber más en colecciones privadas, y quizá lleguen a más de mil
¿En qué se fijó entonces?
Lo que hice fue estudiar la construcción de los nudos y la manufactura de los hilos. Encontré que había muchas variaciones en el atado de los nudos y en la construcción de los hilos. En unos casos la torción iba a la derecha y en otros a la izquierda. Estudiando los nudos detalladamente descubrí que se anudaban de dos maneras distintas: una con un eje en forma de “s” y otra en forma de “z”. Hasta la fecha hemos estudiado 60 mil nudos, todos los quipus proceden del período incaico.
¿Desde el inicio de sus estudios sobre los quipus, cómo han variado sus ideas?
Lo primero que encontré fueron variaciones muy importantes en los registros de los quipus. En aquella época los estudiosos se preocupaban más de los números que registraban los quipus en los nudos, pero no existían estudios sobre sus estructuras ni sobre las variaciones de los nudos ni los hilos. Después de unos años de estudios tuve la idea de que tal vez estas variaciones en los nudos tenían algo que ver en la manera de registrar datos. La forma de anudar o de atar a la cuerda madre era un sistema de signos que registraba datos distintos. Desarrollé una teoría sobre la posibilidad de que estos valores representaban ternas binarias de signos, a la derecha o a la izquierda, hacia arriba o hacia abajo. A la fecha no puedo decir qué significa esto, pero esas variaciones son una realidad.
¿Qué apoyo tecnológico usa en sus investigaciones?
En Harvard hemos desarrollado un programa informático para guardar los datos de nuestros estudios y para investigar los patrones en la estructura de los quipus. Así estudiamos las regularidades e irregularidades en los nudos.
¿Ha logrado determinar para qué servían?
No hay una respuesta única ni es simple. Unos se usaron para guardar datos estadísticos relacionados con censos, tributos, recursos del estado; otros para registrar datos de importancia, recordar sucesos, guerras, alianzas, etc. Las crónicas nos informaron de estas distintas funciones. Estamos tratando de estudiar los quipus detalladamente para ver si esto nos permite hacer una correlación entre los patrones existentes en ellos y la organización del estado inca que aparece en las crónicas.
¿Cómo supuso que los quipus guardan también datos históricos?
Es difícil decirlo con certeza. Lo seguro es que sí guardaban cantidades. Los otros valores se guardaban en detalles, como los colores, la torción, el anudado. Así como nosotros podemos escribir con un alfabeto de 26 signos, ellos pudieron asignar convenciones a cada hilo, a cada torción, a cada nudo. Al principio de la conquista los españoles repararon que los quipus guardaban datos de interés para el estado inca y realizaron algunas transcripciones. Hay unas dos docenas de estas, nudo por nudo, hilo por hilo, pero lo que no hay es la correlación entre una transcripción y un quipu existente. Si algún día lo encontráramos daríamos con la clave para saber qué dice cada hilo.
¿Los quipus hallados en regiones distintas son muy diferentes entre sí?
No muy distintos. Hemos identificado de doce a quince zonas donde se usaron quipus, desde Chachapoyas, en el norte, a Arica en el sur. La mayoría procede de la costa, que tiene un clima que puede preservar los hilos. Hemos hallado que en ciertas regiones se usaban colores en grupos de cinco hilos, en unas de cuatro o tres hilos, y en otras de tres y dos a la vez. El uso de los colores también varía entre una región y otra. Esto debe tener relación con las convenciones usadas en el incanato, para traducir las diferencias locales.
Diversas teorías
La investigación de los quipus ha tenido diversas etapas. Julio C. Tello pensó que solo pertenecían a la época incaica, algo que comenzó a cambiar en 1968 con el hallazgo de quipus de la cultura preínca wari.
En 1929, el historiador estadounidense Leland Locke publicó un trabajo que explicaba su lectura. Afirmaba que los incas usaban el sistema decimal y que cada uno de los nudos, por su tamaño y posición en las cuerdas, marcaban las unidades, decenas, centenas y millares.
Esta investigación sería completada en la década del setenta por los matemáticos y esposos norteamericanos Marcia y Robert Ascher, quienes publicaron “Code of the Quipu”, en el que explicaban, con gráficos, la formación de los nudos y la forma en que estaban dispuestos en las cuerdas y cómo representaban cantidades numéricas.
Después vinieron las investigaciones de Gary Urton y del italiano Carlo Radicati, quien fue uno de los primeros en postular la existencia de archivos de quipus, que comparten un mismo tipo de información y que son complementarios entre sí.